Salto al agua
- Moisés Aguirre Mar
- 10 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 22 sept 2020
Tomado de Jesus, Life Coach (Laurie Beth Jones)

Tal vez recuerdes alguna vez que quisiste saltar de un trampolín en una alberca. Al principio todo parece muy divertido. Todos se ríen, no hay ninguna ambulancia a la vista. De pronto, te subes para hacer tu salto olímpico. Pero una vez que estas arriba y empiezas a ver la altura, te congelas! Esta mas alto de lo que pensabas. En vez de la gloria de la diversión, piensas en el dolor del golpe.
Te dan ganas de echarte para atrás, pero hay una fila de gente detrás de ti y no hay manera de hacerlo! Así que cierras los ojos, dices una oración y saltas. Salpicas el agua y sales de la alberca con un montón de adrenalina y corres para volver a saltar.
Cada nuevo emprendimiento es así. Hay un tipo de coraje que se requiere para subir al trampolín y hay otro tipo de coraje que se requiere para saltar de él. Aun así, hasta que no estas dispuesto a estirarte un poco y mojarte los pies en las aguas profundas, ¡no maduraras!
Somos mas capaces de lo que pensamos que somos. Con mucha frecuencia nos limitamos a nosotros mismos basados en lo que creemos que sabemos o hemos aprendido. Y decimos "ya mejor aquí me quedo. No quiero saber nada nuevo" y nos quedamos en nuestras áreas cómodas.
Cuando nos estancamos ahí, nunca podremos vivir en el mas alto nivel de gloria que es nuestro destino divino. Las personas que no se arriesgan son las que se quedan sin subirse al trampolín; secas y de pie, pero nunca harán la diferencia, nunca probarán toda la alegría o toda la pérdida. Y no crecerán.
Querido Jesús, ¡ayúdame a mojarme los pies!
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